28 de marzo de 2025
Esteban Suárez Follari, extensionista del INTA San Luis, analizó el presente del sector y las estrategias para revitalizarlo, desde la mejora en la comercialización hasta el desarrollo de nuevos productos como embutidos y hamburguesas. Con frigoríficos habilitados y una demanda creciente, la provincia tiene el potencial de consolidarse en el mercado de la carne ovina.
El ingeniero agrónomo y
especialista en ovinos, analizó la evolución de la producción ovina en la
provincia y los desafíos que enfrenta el sector. La migración del campo a la
ciudad en las últimas dos décadas ha afectado la disponibilidad de mano de obra
y conocimientos tradicionales, lo que impacta en la continuidad de la actividad.
"En San Luis, el gran
detonante de la migración rural fue la implementación del Plan de Inclusión
hace 20 años. Esto redujo considerablemente la población en el campo, y con
ello, la producción ovina sufrió un declive. Hoy en día, nuestro objetivo es
estimular la actividad en las sierras, generando pequeños focos productivos y
facilitando canales de comercialización para los productores que aún permanecen
en la zona", explicó Suárez Follari.
Uno de los principales
desafíos que enfrentan los productores es la comercialización: "Muchos nos
dicen que no venden sus corderos porque no encuentran compradores. Sin embargo,
hay demanda creciente por parte de empresas interesadas en desarrollar el
mercado de carne ovina. La clave está en facilitar el acceso a genética
mejorada y garantizar la venta del producto a precios de referencia más
transparentes y justos".
En San Luis, tres
emprendimientos ya proveen a las cadenas de supermercados locales de cortes
ovinos envasados al vacío que muestran una importante aceptación. Son Cordero
Puntano, Ser Beef y Amaranto. Es una ventana comercial para que los pequeños
productores los abastezcan y con ello garantizar la oferta durante todo el año.
El profesional adelantó
que retomará ensayos con Ser Beef para elaborar carne molida para fabricar
chorizos y hamburguesas a partir de las madres que salen del sistema porque ya
cumplieron su ciclo productivo y que habitualmente se pierden.
Además, destacó que la
carne ovina posee excelentes cualidades nutricionales y organolépticas. "A diferencia
del cerdo o el pollo, el cordero se puede consumir de múltiples formas, como
ocurre en países de Medio Oriente, África y Asia, donde es la carne predilecta.
En Argentina, la tendencia está cambiando, especialmente en provincias como
Mendoza, donde la gastronomía gourmet y el turismo de bodegas han impulsado su
consumo", agregó.
San Luis cuenta con una ventaja competitiva clave: la presencia de frigoríficos habilitados para la faena. "Mientras que en otras provincias los productores deben recorrer cientos de kilómetros para faenar, aquí tenemos el frigorífico privado El Trébol, de tránsito federal y con más de 50 años de trayectoria, y el frigorífico Sol Puntano, que además ofrece desposte y cámaras de frío. Esto facilita la comercialización y mejora la rentabilidad de la actividad", detalló Suárez Follari.
En cuanto al
aprovechamiento de la lana gruesa, un subproducto históricamente desvalorizado
fuera de la Patagonia destacó la iniciativa de Javier Dupuy con su
emprendimiento Aislana, que fabrica aislantes térmicos naturales a partir de
este material. "Antes, la lana gruesa se descartaba, pero hoy se está
revalorizando en proyectos similares en otras partes del país, como en Bahía
Blanca", comentó.
Proyecciones
y estrategias
Desde el INTA San Luis,
Suárez Follari y su equipo trabajan en un programa para estimular la producción
ovina. "Nuestra idea es que los productores recuperen el entusiasmo por la
actividad. Estamos estableciendo acuerdos con empresas como Ser Beef, que
podrían aportar genética y garantizar la compra de la producción a precios
competitivos", reveló.
Otro proyecto innovador
es la elaboración de embutidos y hamburguesas a partir de ovejas de descarte,
es decir, aquellas que ya han cumplido su ciclo productivo: "Esta carne,
combinada con otros ingredientes, podría abrir nuevas oportunidades comerciales
y permitir una oferta sostenida de carne ovina durante todo el año".
San Luis se encuentra
en una posición estratégica para revitalizar la producción ovina, combinando
infraestructura, innovación y demanda creciente en el mercado gourmet. Con el
trabajo conjunto entre productores, instituciones y el sector privado, la
actividad podría recuperar su dinamismo y consolidarse como una alternativa
sustentable y rentable.
Jornada en San Luis:
investigación sobre cruzamientos ovinos y calidad de carne
En el marco de una
charla técnica realizada en INTA San Luis, la médica veterinaria Micaela
Fiorela Stazionati, investigadora del INTA Anguil (La Pampa), presentó los
avances y hallazgos de su estudio sobre cruzamientos ovinos y calidad de carne.
El especialista en
ovinos del INTA San Luis Esteban Suárez Follari abrió el encuentro del que
participaron productores de San Luis, Saladillo, La Toma y Vicuña Mackenna, a
quienes dio la bienvenida el director de la entidad en la provincia, Hugo
Bernasconi, y el jefe de la agencia local, Matías Centeno.
Stazionati, con amplia
experiencia en la producción ovina, destacó la importancia del cruzamiento
terminal, una técnica ganadera que busca mejorar la calidad cárnica a partir
del cruce de madres Pampinta con razas carniceras. "La hipótesis de nuestro
estudio era que la cruza siempre superaría en rendimiento al Pampinta puro",
explicó.
El estudio, que se
extendió durante cinco años, analizó distintas variables, incluyendo
diagnóstico de gestación, seguimiento de partos y evaluación de canal. El
primer año, las cruzas se realizaron con la raza Hans Pierdomo, comúnmente
conocida como "cara negra", mientras que en años posteriores se probaron otras
razas, como Dorper, muy apreciada en el mercado por su calidad cárnica y menor
producción de lana.
En cuanto a la
metodología, los corderos fueron destetados al alcanzar los 23 kg de peso vivo,
un proceso llevado a cabo entre los 45 y 69 días posparto, dependiendo de la
prolificidad de las madres. Posteriormente, los animales fueron alimentados en
corral hasta la faena, establecida en 37 kg de peso vivo y una condición
corporal de 2,5.
Los resultados
indicaron que no hubo diferencias significativas en peso al nacimiento, destete
o prefaena entre Pampinta puro y sus cruzas. Sin embargo, sí se observó una mejora
en la conformación cárnica de los cruzamientos, con animales más compactos y
con mayor ancho de grupa y torax, características deseables en la industria
cárnica. "El Dorper, por ejemplo, es una de las razas que más interesa porque
su producción se orienta completamente a la carne, sin la problemática de la
lana", agregó la especialista.
Otro de los aspectos
evaluados fue la calidad de la carne. Se realizaron análisis en frigorífico y
mediciones de ácidos grasos para determinar beneficios nutricionales. "No hubo
diferencias significativas entre Pampinta y sus cruzas en cuanto a ácidos
grasos beneficiosos para la salud, como los omega 3", detalló Stazionati.
En conclusión, la
investigación evidenció que el cruzamiento terminal permite mejorar la
conformación del animal sin afectar significativamente otros parámetros
productivos. Sin embargo, la comercialización de la carne ovina sigue siendo un
desafío en la región, aspecto en el que los productores deben seguir trabajando
para optimizar la rentabilidad de la actividad. La jornada terminó con la
degustación de elogiadas empanadas elaboradas con carne ovina por Suárez
Follari.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.