1 de abril de 2025
En la oportunidad, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) presentó los resultados del relevamiento satelital que realiza cada año a pedido de la Federación Nacional de Productores de Papa sobre la superficie implantada en esta región, que es la principal zona papera de Argentina. En Nicanor Otamendi, en el sudeste bonaerense, se llevó a cabo una vez más la Fiesta Nacional de la Papa.
Según los datos relevados, la superficie agrícola
total en la zona sudeste registró un incremento significativo del 9,7%, pasando
de 34.815 hectáreas en 2024 a 38.177 hectáreas en 2025.
LA
SIEMBRA DE PAPA EN EL SUDESTE
Entre los partidos que lideran estos aumentos
destaca Tandil, con un crecimiento del 237%, al elevar su área sembrada de 263
a 887 hectáreas. Le sigue General Alvarado con un incremento del 41,9%, pasando
de 425 a 603 hectáreas.
Otros partidos que también tuvieron aumentos
importantes fueron Azul, con un 18,4% (de 1.424 a 1.685 ha), Lobería con 17,6%
(de 4.529 a 5.323 ha); Necochea, con 15,7% (de 7.279 a 8.420 ha) y General
Pueyrredón, con un incremento del 8,5% (de 5.522 a 5.993 ha).
Por su parte, Benito Juárez y Balcarce registraron
variaciones moderadas: 1,5% (de 8.596 a 8.728 ha) y -3,6% (disminución de 6.777
a 6.534 ha) respectivamente, siendo este último el único partido con reducción
de superficie agrícola respecto al año anterior.
LA
PAPA, CON ALGUNOS PROBLEMAS
Al hacer referencia al panorama de la producción de
papa, el presidente de la Federación Nacional, Alfredo Pereyra, advirtió que el
escenario productivo en general es bueno, pero que la expectativa para la
actividad no lo es tanto por los problemas de rentabilidad.
"Pensamos que tenemos una buena cosecha, pero estas
últimas lluvias nos van a sacar algo de producción. Siempre soy muy optimista,
quizás demasiado optimista a veces, pero tenemos que ir tranquilos, despacio;
los precios no nos acompañan ahora, pero realmente no tenemos que apurarnos
porque va a ser un buen año", indicó.
Sin embargo, reconoció que los productores agrícolas del sudeste bonaerense enfrentan actualmente una situación de crisis, derivada tanto de factores climáticos como de variables económicas complejas. "Estamos atravesando un problema muy severo", afirmó el dirigente.
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Como ejemplo, durante el inicio de marzo las
adversas condiciones climáticas afectaron significativamente la producción,
reduciendo el volumen de productos que llegaban a los centros mayoristas y
provocando aumentos, en muchos casos injustificados en los precios finales para
los consumidores.
Carne
con puré: en Mechongué, la papa agrega valor en un esquema mixto de producción
"Estas variables no implican una solución para los
agricultores, ni mucho menos, tenemos la necesidad de lograr precios constantes
que permitan ganancias a los productores y al mismo tiempo que sean accesibles
para el consumidor final", sostuvo Pereyra.
Además,
recordó que en los últimos años el productor bonaerense ha soportado variables
macroeconómicas que generan inestabilidad en su proceso productivo.
"Los precios de los insumos juegan un rol
preponderante en el costo final del producto. Sumado a ello, la fuerte carga
impositiva nacional, provincial y municipal, como así los avatares del clima
generan un combo difícil de sobrellevar", explicó Pereyra.
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