23 de abril de 2025
En el mundo se observa que los consumidores exigen, de forma creciente, información sobre el impacto ambiental de los productos que adquieren para poder realizar una compra responsable.
A su vez, las empresas y gobiernos solicitan una valoración de las emisiones e impactos generados por la actividad productiva y de servicios, para la compra y contratación. El sector avícola argentino no es ajeno a estas nuevas reglas del mercado, tratándose de una producción de carne en continuo crecimiento que alcanzó en el año 2022 la faena de un total de 751,392 millones de animales. Por ello, el estudio de sus impactos ambientales resulta de vital importancia para el sector, a los fines de mejorar su aptitud ambiental, competitividad y rentabilidad.
La cadena de carne
avícola se inicia con la actividad de cría y recría de los padres, continúa con
la postura de huevos fértiles que son incubados para obtener pollitos bebés que
posteriormente son trasladados a las granjas de parrilleros donde los pollos
convierten proteínas de origen vegetal a proteína animal en la producción de
carne.
"La producción de carne
aviar es una de las principales cadenas productoras de carne del país con el
mayor crecimiento en los últimos 20 años, constituyendo una actividad con valor
agregado y demandante de mano de obra directa e indirecta, además de generar
divisas a través de las exportaciones", sostuvieron en el Análisis del Ciclo de
Vida realizado con el INTI, destinado al Centro de Empresas Procesadoras
Avícolas (CEPA).
UNA
ACTIVIDAD SOSTENIBLE
Los resultados
obtenidos para CEPA indican que las emisiones de gases de efecto invernadero
(GWP) para la unidad funcional estudiada son de 1,71 kg de CO2 eq/kg de carne
de pollo según el package 3.1 del Programa Ambiental de Huellas de la UE, en el
cual se actualizaron todos los factores de emisión y caracterización
disponibles para todas las categorías de impacto ambiental estudiadas.
Mientras que al consumidor, es decir, con un alcance de la cuna a la tumba, considerando el valor de la modelización utilizada para la cocción y almacenamiento en la casa, fue de 3,40 kg de CO2 eq.
Lee mas: Comercio con EEUU: AmCham también valora el fin del cepo, pero advierte sobre trabas para importar
Este impacto está
distribuido principalmente en las etapas del frigorífico, 12,33 %; las granjas
de parrilleros contribuyen con el 15,96 %; la planta de alimentos/pienso lo
hace con el 22,11 %; la logística y distribución del producto final contribuye
con el 16,64 % y la conservación en la casa del consumidor y su posterior
cocción influyen en el 28,39 %.
Por tal motivo, el
estudio sugiere concientizar a los consumidores de sus acciones para disminuir
las emisiones de gases de efecto invernadero, igualando el esfuerzo que se
realiza en toda la cadena productiva.
EL
ROL FUNDAMENTAL DE CONSUMIDOR
A modo de conclusión,
se observa que uno de los principales hotspots o puntos calientes aparece en la
producción de piensos.
No obstante, si se
analiza toda la cadena completa, de la cuna a la tumba, el consumidor juega un
rol fundamental en las últimas etapas del consumo del producto, al igual que en
el potencial de calentamiento global. Estos procesos están fuera del control de
las compañías avícolas, aunque existe el potencial de influir sobre él
informando de su importancia con sugerencias de mejora para un consumo más amigable
con el medio ambiente.
La realización de
acciones tendientes a la sustentabilidad, como la difusión de un consumo
responsable, son herramientas que podrían ayudar a toda la cadena productiva y a
la sociedad en su conjunto.
"Los traslados de las
materias primas hasta la planta de piensos también representan un hotspot, por
lo que comprar estos granos a proveedores que produzcan en zonas próximas a las
plantas de piensos reflejará no sólo en ventajas desde el punto de vista
ambiental, sino también económicas", describe el informe.
La recría y postura,
por su parte, no generan un impacto significativo en el total, debido a que el
aporte de cada gallina y de cada gallo se divide en el total de huevos que
tienen en su vida útil, resultando que la contribución para la unidad funcional
en estudio es muy baja.
Por otro lado, el
proceso de incubación muestra un ligero aporte al total, destacándose el
consumo de energía eléctrica y combustibles.
La granja de engorde de
pollos, debido a los distintos alimentos que se utilizan para engordar al pollo
y sus traslados, contribuye con el 56,64 % de las emisiones y el 46,40 % al
impacto en la disponibilidad de agua.
"Implementar las
medidas mencionadas antes repercutirá en la reducción de emisiones también en
esta etapa", destaca el informe.
LOS
FRIGORÍFICOS
Finalmente, dentro del
procesamiento del frigorífico se destacan, como ya se mencionó, los consumos de
energía eléctrica y combustibles. Además, aparecen con alto impacto las
emisiones de la laguna de tratamiento de efluentes.
"Hacer más eficientes
cada uno de los procesos que consumen insumos producirá ventajas ambientales,
disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de agua
total de la carne de pollo", sostienen los investigadores.
En función de los
estudios comparados con la metodología descripta por las ISO 14040 y 14044, los
valores obtenidos en este estudio se encuentran en los rangos internacionales,
y en muchos casos, por debajo de ellos por las características productivas
locales, en especial la eficiencia en los procesos e insumos utilizados en la
producción.
Cabe destacar que en
los granos resulta de mayor incidencia en los impactos estudiados. Sus
condiciones de optimización por la aplicación de la siembra directa y la
producción en secano reducen no solo la emisión de gases de efecto invernadero,
sino también el consumo de agua.
Del estudio de
sensibilidad surge que un desafío por delante es continuar abordando las
mejoras en la utilización de energías y combustibles, siendo clave la
eficiencia energética y la incorporación creciente de energías renovables.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.