5 de diciembre de 2024
En Argentina, según el Registro Nacional de Comedores y Merenderos Comunitarios (ReNaCoM), hay 34.782 comedores en los que participan 134.449 personas. Estos datos, correspondientes al mes de junio, se enmarcan en un contexto de desocupación creciente y un aumento de la pobreza sin límites.
Los comedores y merenderos son esenciales en los
barrios, ya que permiten que niños y niñas reciban un plato de comida. Sin
embargo, en marzo cerraron 15.000 de estos sitios por falta de recursos o
porque redujeron los días de entrega de viandas.
El juez a cargo del Juzgado Contencioso Administrativo Federal Nº 7, Walter Lara Correa, condenó al Estado Nacional a continuar con los programas de entrega de alimentos a comedores comunitarios y merenderos del país. El Ministerio del Capital Humano, dirigido por Sandra Pettovello, fue condenado a reanudar la entrega de alimentos a estos espacios, un servicio que se interrumpió tras la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, especialmente en aquellos que dependen de organizaciones comunitarias.
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Esta resolución destaca que "no puede haber
decisiones regresivas cuando están en juego derechos como el de acceso a la
alimentación esencial" y sostiene que "no se deben tomar medidas que empeoren
una situación de vulnerabilidad". Además, enfatiza que las políticas públicas
deben ser "no discriminatorias" y que no representan un privilegio, sino que
buscan garantizar el "cumplimiento del principio de igualdad". El magistrado
afirmó que "las restricciones financieras no pueden usarse para justificar
violaciones constitucionales", resaltando que el ajuste no debe recaer sobre
los sectores más empobrecidos, aunque aclaró que no se requiere un aumento
presupuestario más allá del establecido.
Banco
de Alimentos
Esta organización surgió en 2001, en medio de la crisis
que atravesaba el país. El modelo de banco de alimentos nació en Estados Unidos
en la década del '60. La primera entrega en Argentina fue el 24 de abril de
2001: 6.000 kilos de picadillo de carne distribuidos entre seis comedores de
Cáritas San Isidro. Ese año, el Banco de Alimentos Buenos Aires llegó a 200
organizaciones con 200.000 kilos de alimentos.
En
lo que va de 2024, el Banco repartió más de 6.000.000 de kilos de alimentos
entre 1.300 comedores y merenderos. En 2023, entregaron más de 18 millones de
platos de comida, alcanzando a más de 350.000 personas, en su mayoría niños.
A través de su sitio web, Fernando Uranga, director
general del Banco, afirmó: "Este año tenemos el objetivo de llegar a 7 millones
de kilos de alimentos entregados. Cada contribución cuenta y hace una
diferencia significativa en la vida de aquellos que más lo necesitan".
La
realidad de los merenderos y comedores
En este marco, Nota al Pie habló con referentes de
dos merenderos de zona sur (Quilmes y Berazategui), quienes relataron sus
historias: La referente de Caritas Sucias, que lleva 16 años siendo parte del
espacio, explicó que el comedor funciona hace 28 años. "En sus comienzos, fue
creado por las mamás del barrio Los Álamos, que salían a pedir antes de la crisis
para hacer meriendas en sus casas. Así empezaron las obras de amor. Conseguimos
el predio que tenemos hoy y logramos obtener personería jurídica, con lo cual
somos una institución legal", detalló.
Respecto a la situación actual comentó que desde
diciembre no reciben alimentos desde Nación. "Hoy nos sostenemos con subsidios
provinciales y refuerzos del municipio de Quilmes. A pesar de esto, cada día se
suman más personas. Lamentablemente, hemos tenido que poner cupo. Deseamos que
las familias puedan comer en sus casas, con su esfuerzo, pero la realidad no lo
permite", agregó.
Sobre
el Banco de Alimentos, mencionó: "En su momento trabajamos con ellos, pero el
banco no regala nada. Vendíamos algunos productos para financiar otros
alimentos. Dejamos de hacerlo porque no lucramos con nada".
Por su parte, el integrante de La Casita de Lorenzo
contó que el espacio surgió un día después de que Alberto Fernández anunciara
la pandemia. "Un compañero del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos) nos
trajo mercadería y comenzamos con una olla popular para dar de comer a nuestros
compañeros y al barrio. Llegamos a dar comida a 500 personas por día", relató.
"Con
el nuevo gobierno, la situación se complicó. Quitaron los alimentos de los
comedores, y hoy hacemos brigadas educativas una vez por semana. Es triste
saber que para muchos niños esa merienda es su última comida del día", sostuvo.
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