Mientras que la actividad industrial y la construcción experimentaron retrocesos en octubre de 2024, con caídas interanuales del 2% y 24,5%, las pequeñas y medianas empresas registraron cifras que ponen en alerta al sector sobre su futuro.

La recuperación que la industria había iniciado en junio se vio interrumpida con esta baja en sectores clave, como Productos Minerales no Metálicos e Industrias Metálicas Básicas, que mostraron bajas considerables, con caídas del 17% y 11%, respectivamente.

A nivel nacional, la construcción registró una disminución aún más acentuada, con un descenso interanual del 24,5% en octubre y un 4% menos en comparación con septiembre.

"Desde Apyme articulamos con otras cámaras empresarias para ver cómo vienen desde esos sectores. Notamos que a todos les ha afectado esta realidad con un dólar artificialmente atrasado, en el que los salarios no le ganan a la inflación, con una pérdida acumulada en capacidad de consumo a partir de los fuertes aumentos y los bolsillos de los consumidores que están cada vez más enflaquecidos", expresó a Extra Radio (102.1) Gustavo Casciotti, presidente de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme).

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A estos obstáculos se suman los aumentos en las tarifas, los precios del transporte y los costos de vida que restan cada vez más al consumo.

"No podemos comparar la evolución de un mes al otro en la ciudad porque hay elementos que distorsionan. Pero cuando observamos el comparativo del mes de octubre y noviembre contra el mismo período del año anterior, sistemáticamente vemos un deterioro", expresó el referente.

Objetivo pyme: sobrevivir

Para Casciotti, la situación de las empresas es "sumamente preocupante". "Venimos insistiendo en la necesidad de declarar la emergencia del sector desde el punto de vista laboral, tributario, productivo y energético con la idea de poder tomar medidas de forma rápida que frenen la destrucción de puestos de trabajo y la desaparición de empresas", destacó.

Los últimos registros del Centro de Estudios Políticos Argentinos (Cepa) muestran que el último año desaparecieron 16.500 empresas. "No son sólo unidades productivas y comerciales que ya no están, sino que son menos empleados y menor capacidad industrial", describió. La cantidad de puestos de trabajo tampoco se queda atrás, ya que se alcanzó una reducción de 180 mil empleos, lo que implica menos disponibilidad de consumo.

"La economía del que produce está complicada. Hay mucha desigualdad y nos preocupa el futuro inmediato", reflexionó.