17 de marzo de 2025
Pocas veces existe la oportunidad de ver con total claridad y tan crudamente, como ocurre con el informe de coyuntura de cadena de valor textil e indumentaria que acaba de publicar la Fundación Pro Tejer. La radiografía expresada en la encuesta de coyuntura del sector refleja un cierre del año 2024 marcada por una caída masiva de las ventas y la producción, un fuerte descenso de la capacidad instalada (que va de la mano de la no realización o abandono de planes de inversión) y el tremendo impacto que esta situación está teniendo en el empleo en el sector.
Se trata de un sector
característico de la industria pyme, con 24 mil empresas registradas; uno de
los más generadores de empleo en la actividad manufacturera, con 540 mil
trabajadores, y el de mayor participación de empleo femenino (69 por ciento).
Los datos corresponden
a la comparación entre el cuarto trimestre de este año y el mismo período del
anterior. La encuesta abarca a todas las actividades de la cadena, en la cual
la mayor parte de empresas se reparten entre tejeduría (26 por ciento),
fabricación de indumentaria (17%), acabado (16%) e hilandería (10%).
Un
año entero en baja
"Los resultados
confirman un año consecutivo de contracción de la actividad", apunta el
informe. Es decir, en los cuatro trimestres, los datos de producción y ventas
estuvieron por debajo del mismo trimestre del año 2023. En el cuarto, el 62 por
ciento de los encuestados reportó caídas interanuales en las ventas y el 67 por
ciento, disminución de la producción. Esto significa un menor uso de la
capacidad instalada y, obviamente, congelamiento o postergación de cualquier
idea o proyecto de inversión en maquinaria o capacidad de planta.
"Esta crisis está
impactando en forma conjunta en todos los rubros de la cadena de valor: desde
la fabricación de hilados, telas, indumentaria y la comercialización de
máquinas, insumos y bienes finales", indica el informe.
Si se observan las
respuestas positivas, se verifica que sólo 12 de cada 100 empresas señala que
en el último trimestre de 2024 vendió más que en el último de 2023, y 9 de cada
100 firmas registró aumentos en su producción y en el uso de capacidad
instalada. Una muy escasa minoría que, consecuentemente, no modifica la
caracterización de crisis para este sector industrial.
Es notable comprobar que, al preguntar a los empresarios sobre las razones que explican la caída de la producción, un 80 por ciento coincide en identificar al poder adquisitivo de la población como factor relevante. Con posibilidad de dar respuesta múltiple (identificar más de un factor como relevante), el 43 por ciento señala como causante la participación de bienes importados en el consumo. Este segundo factor aparece con más fuerza en el cuarto trimestre que en las encuestas anteriores.
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El tercer factor
relevante señalado por los empresarios como determinante de la caída de la
producción (39 por ciento de los consultados) es "la apreciación
cambiaria". Es decir, los tres factores que son determinantes para la
decisión empresaria de bajar la producción tienen que ver con las condiciones
de la demanda, y no de la oferta. Pero, además, los tres están estrechamente
vinculados a las políticas económicas del gobierno: política de ingresos, de
apertura comercial y cambiaria.
Efectos
de la política recesiva
El informe de coyuntura
de la cadena textil-indumentaria sirve para entender el impacto directo de la
política económica sobre la actividad productiva y, fundamentalmente por el
sector del que se trata, en el empleo, como se verá más adelante.
Por más que el gobierno
niege la caída del poder adquisitivo de la población, a través de estadísticas
falaces de evolución salarial que el ministro Caputo celebra como un éxito, la
respuesta del 80 por ciento de industriales señalando al poder adquisitivo como
factor más relevante en la caída de la producción y las ventas marca esa
realidad distinta.
Otros factores
relevantes mencionados en la encuesta quedan en lugares relegados: el 21 por
ciento incluyó "Políticas sectoriales para la industria", mientras
que el 16 por ciento mencionó "Costos de materias primas e insumos".
Está claro que las políticas de incentivo a la oferta pueden jugar un rol
importante en favor de la producción, pero en situación críticas como la actual
asentadas en la caída de los ingresos de la población, sin resolver esto último
lo demás será inútil.
El
impacto sobre el empleo
La situación del empleo
en el sector, ya sea por pérdida de puestos de trabajo o reducción de ingresos,
no podía permanecer ajena a la crítica situación de la actividad. El 64 por ciento de los encuestados admite haber tenido
que tomar alguna medida que afectó el empleo durante el año 2024.
El 47 por ciento del
amplio espectro de empresas encuestadas redujo la cantidad neta de puestos de
trabajo durante el año (comparando las plantillas de diciembre de 2024 con las
de diciembre de 2023). El 30 por ciento lo hizo directamente por vía de
despidos. El 8 por ciento informa que no renovó contratos de trabajo.
Con distintas
modalidades, muchas empresas recurrieron al achicamiento de las jornadas
laborales. El 42 por ciento dispuso la cancelación de horas extra. Mientras que
un 19 por ciento de empresas decidió el cierre de turnos de producción. Un 13
por ciento definió suspensiones de personal en algún momento del año, en tanto
que 20 por ciento dispuso adelantos de vacaciones.
Vale recordar que una
misma empresa puede haber tomado dos o más de estas decisiones con su personal,
por lo cual las cifras no son sumables. En cambio, sí se verifica como
resultado de la encuesta que solo un 36 por ciento de las empresas no debió
tomar ninguna acción de las mencionadas sobre el personal.
Apenas el 9 por ciento
de las firmas consultadas reporta haber incrementado su personal entre
diciembre de 2023 y el mismo mes de 2024.
Salir
de la pobreza
A modo de conclusión,
el informde de coyuntura de Pro Tejer expresa: "Revertir la compleja
coyuntura que atraviesa la industria textil e indumentaria argentina e impulsar
su desarrollo, debe ser un eje fundamental si lo que se busca es sacar de la
pobreza a la población y asegurar un sendero de crecimiento sostenido para
nuestro país".
"La industria
textil e indumentaria es crucial para la economía argentina", advertían en
un informa anterior. "Es esencial implementar políticas integrales que
mejoren su competitividad y evitar así el desmantelamiento del entramado
industrial nacional. Sin industria, no hay trabajo para todos".
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