21 de abril de 2025
Lo hace de onda, ni se lo pedimos. Él saca el avión y empieza a hacer piruetas en el aire porque sabe que la gente se vuelve loca, cuenta la vicepresidenta anfitriona de la Expo Apronor, Macarena Ramos, mientras la nave acrobática deja la estela de humo en el cielo tucumano.
Es una postal clásica
de las exposiciones agropecuarias de todas las magnitudes, donde los visitantes
miran absortos las inspiraciones de los aviadores, allá arriba, encarando la
nada y con un ruido inconfundible.
Son pilotos experimentados
que normalmente son contratados especialmente para entretener al público, pero
en este caso, además, es aeroaplicador y socio de la Asociación de Productores
Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor). Y presta sus servicios de manera
completamente gratuita.
Su nombre completo
agranda su aura: es Emilio Pilot, santafesino pero residente en Tucumán desde
hace tiempo, y que en más de una oportunidad acudió con sus colegas para apagar
incendios en el noroeste argentino.
Ramos, por su parte,
tiene 31 años y hace pocas semanas contó a fondo su historia personal en
Infocampo. Ingeniera agrónoma de profesión, residente en La Ramada de Abajo y
en el día a día la administradora del campo familiar, por estos días se calza
el traje de vicepresidenta de la asociación que tiene menos de una década de
vida.
LA
EXPO APRONOR, EN TUCUMÁN
El primer día de la
Expo -la feria se realizó entre el jueves y el sábado- debió ajustar más de la
cuenta los protocolos de la organización y no dejar detalle librado al azar. La
presencia de la autoridad máxima de la política tucumana, Osvaldo Jaldo,
requería la máxima concentración.
"Este es un campo de mi
familia y tiene 16 hectáreas, que se destina únicamente para la muestra. Pero
en Apronor no nos asociamos a ninguna empresa organizadora y todo está hecho a
pulmón, desinteresadamente, y con especial foco en apuntalar a las empresas
tucumanas", comentó durante una caminata por el predio.
La maquinaria que se
observa en la recorrida es la tradicional de toda exposición, pero sí con una
mayor presencia de tractores de distintas firmas y los concesionarios locales,
y con unidades pensadas especialmente para los trabajos en la zafra o en la
industria del citrus.
APRONOR:
DE LA BRONCA A LA ACCIÓN
La edad de Ramos coincide con la que el saliente presidente de Apronor, Gonzalo Blasco, tenía al momento de germinar la entidad.
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"Yo también me
involucré a esa edad y fui presidente en los inicios. Después tomé distancia
unos años, luego volví como presidente otra vez y ahora soy tesorero. Es una tarea
que se agrega a la de ser productor agropecuario y tiene sus implicancias en la
vida familiar", comentó en una charla con este medio.
Blasco reside en Yerba
Buena, en San Miguel de Tucumán, pero casi a diario recorre más de una hora de
trayecto hasta llegar a su campo, donde tiene su actividad privada. Fruto de la
misma, Apronor nació en 2015 como una respuesta hacia el exgobernador de
Tucumán José Alperovich.
En esa oportunidad los
impulsaba una situación de precios acuciante, fletes exorbitantes hasta los
puertos del Gran Rosario (un reclamo que persiste) y el impacto de las
retenciones a los granos.
"La gente se dio cuenta
rápidamente que éramos gente de trabajo, incluso subíamos a chicos con carritos
a los tractores y les dábamos un paseo por la plaza", recuerda Blasco.
El actual presidente,
Hugo Meloni, sumó: "El maíz pagaba $600 la tonelada y teníamos $350 de costo
solo de flete. Imposible".
Días después las
conversaciones llegaron a buen puerto y descomprimieron la situación,
destrabaron el conflicto y los tractores volvieron al campo. Pero una semilla
había prendido entre los productores y ya nada fue igual. Acto seguido a esa
gesta la idea de hacer una asociación concreta y organizada encontró el
apalancamiento de varias empresas distribuidoras y concesionarios de Tucumán.
No veían ni experiencia
sindical ni grandes capitales para bancar los primeros movimientos, pero sí
convicción y una unidad que persiste al día de hoy, ya con más de 200 socios
activos.
EL
PASO SIGUIENTE: EXPO APRONOR
"En toda la región
hacía falta una dinámica a campo, dirigida por los productores. Por eso
inmediatamente hemos dicho que sí porque vimos el respeto, el trabajo y el
desinterés con el que trabajan en una exposición que todos los años mejora y
crece", explicó Renzo Ferro, representante de la empresa Tecno Agro y uno de
los primeros que se lanzó a apoyar al grupo de productores.
"Siempre tuvimos buenas
experiencias, hay clientes y siempre hemos cerrado negocios", expresó.
"Han estado con
nosotros desde la primera vez, incluso participaron de aquella asamblea de
constitución de Apronor. Nosotros ya sabíamos que había empresas como Tecno
Agro que querían poder tener una expo de estas características. Nosotros
queríamos lanzarnos a hacerla, pero les fuimos claros: no teníamos plata ni
sabíamos sobre el tema. 'Los vamos a ayudar', nos contestaron", recordó Meloni.
En el primer año de
exposición, en 2016, 35 empresas decidieron acompañar. Hoy el universo de
stands va por los 90 espacios comercializados, de los cuales algunos son
cedidos a instituciones públicas y representativas de la zona, como el INTA
regional y escuelas agrotécnicas de la zona.
"Creo que ahí está una
de las claves del éxito, porque les hemos hecho caso y nosotros hemos cumplido
con las cosas que han pedido como expositores. Y nosotros, como comisión
directiva, apuntamos a que todos los que visiten la muestra sean potenciales
clientes de ellos, con prioridad a las firmas tucumanas", remarcó el titular de
la entidad.
El combo de
inexperiencia de aquellos días fue encontrando respuestas con el andar y los
engranajes del grupo de productores fue, con los años, acomodándose a una
dinámica más protocolar y formalizada. Entre los sponsors que aportan fondos y
su imagen de marca para la cartelería oficial de la expo, en todos los casos,
se trata de empresas privadas y no hay municipios ni tampoco la Provincia de
Tucumán.
"Queremos ser libres y
estamos bien así", explican los productores-organizadores. ¿Cómo medir el éxito
comercial de la muestra? El método que dicen realizar es bastante casero y no
acuden a un análisis de datos surgidos de las ventas, sino que deciden
preguntarle a 10 de los stands más tradicionales y preguntarles: "Cómo te
fue?".
"Hacemos un promedio a ojo de lo que nos
dicen, y con eso nos alcanza. El crecimiento se ve año a año", remarcan los
productores. La escala de los mismos es de emprendedores agrícolas que en
promedio van desde las 500 hectáreas a 900. "La mayoría son agrícolas hay pocos
ganaderos", explicó Meloni.
Ese empuje vuelve casi
imposible que no se involucren en cada detalle: son los que compran los chips
de madera para abrir caminos y tapar pozos con barro, van a buscar los
generadores eléctricos y los conectan al sistema de energía o también son los
que cortan el pasto en la muestra.
"Fue una zozobra grande hacer entrar a las
máquinas el lunes pasado, porque había llovido mucho y no había piso para que
entren sin romper todo el predio. No se cómo, pero lo hicimos. Uno de nosotros
se quedó en la puerta recibiendo a las marcas y organizó la movida. Pudimos
hacerlo", recordó Macarena Ramos.
También se ocuparon del
pago del servicio policial, médico y de la empresa que provee de personal de
limpieza de los stands.
"Acá nada es motivado
por un tema económico. Es más, en algunos casos terminás poniendo plata de tu
bolsillo porque gastas de tu vehículo o tenés que poner un alguna herramienta
tuya, con lo cual esto lo hacemos porque nos genera placer. Nosotros mismos
hemos estado armando manualmente el stand institucional, alquilamos la carpa
pero fuimos nosotros en persona quienes la colocamos. Estamos en el detalle",
cerró Meloni.
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